sábado, abril 12, 2008

Con la antorcha entre las manos

El de ayer fue un día definitivamente olímpico. La antorcha olímpica pasó por Buenos Aires (única ciudad latinoamericana, y última vez que sale del país de la ciudad organizadora), y tuvimos una linda oportunidad para cholulear. Paso a comentar.
El punto de encuentro para los 80 antorchistas fue la Universidad Católica Argentina. Gracias al Centro de Estudiantes de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de esa universidad tuvimos acceso a la charla explicativa que se les dio, al lunch y a los protagonistas, en un ámbito casi inmejorable, ya que sólo divisé un periodista en funciones. Por lo que había una gran dispocisión y todos accedieron a hablar.
Estaban citados a las 10, pero empezaron a caer más tarde. A medida que llegaban les entregaban la ropa e ingresaban al auditorio para la charla.
Ese fue el momento en que nos acercamos al Kily González, esperanzado con repetir el oro del fútbol pero complicado con Central.
Luego pasó Paola Suarez, quien estaba un tanto risueña.


Lo divisé solo y no lo dudé: el gran JPV le puso onda. Por más que haya un montón de deportistas, era uno de los más solicitados.




Pasada esa etapa, los muchachos recibieron una charla de una china, que era una personaje. Pero lo que llamó la atención de casi todos fue la presencia del Luis Rubio, quien en medio de un relativo silencio, se puso a hacer una nota disfrazado de tenista(?). Más tarde lo entrevisté, pero no se animó a que sea como Eber porque no tenía la dentadura, por lo que la voz le salía distinta. Igual un personaje, contó que Evaristo Hurtado se va a cubrir los Juegos. La pasa mal...

Luego, salieron todos para ir al lunch. Al toque lo agarré a Jon Uriarte, quien estaba completamente solo. Se lo veía con pocas ganas de vivir a simple vista, pero le puso ganas igual.



Llegó el turno del boxeo con Marcela "la Tigresa" Acuña (quien salió en vivo para la radio de la UNLM) y Pablo Chacón.




Pasaron también Georgina Bardach, el Pato Fillol, Javier Frana y Vanina Oneto.




Después de la una y pico, empezaron a caminar por la Universidad, en donde ahí sí se prendían todos los alumnos. Metieron fotito todos juntos en una escalera y emprendieron viaje hacia el Anfiteatro Lola Mora, de donde arrancaría Camau Espínola con la antorcha.

En esta parte ya era todo un quilombo, se atrasaron en la organización y demás. Pero hay un par de perlitas rescatables: el Gordo Bonadeo caminaba, no corría (salvo dos mínimos arranques), y la gente le empezó a cantar "Gonzalo, Gonzalo..." En ese recorrido no coreaban el nombre de nadie, salvo el de él. Tenía puesta una casaca blanca, no la oficial. Pobre, no tenían de su talle. Les cuento que lo vi en cuero cuando se cambiaba adentro del micro. Es gordo en serio.
Corrimos la antorcha unas cuadras, hasta que arrancaron los remeros. Si alguien quería hacer cualquier tipo de protesta, podía hacerlo. Te mandabas como querías realmente. Divisé un personaje que no se mandaba, sino que le amagaba a los de prefectura, y los dejaba pagando como unos boludos. En medio de eso había gente que se divertía. Aunque también había algunos matones (vestidos de civiles en muchos casos, o con pecheras azules) que metían empujones innecesarios.

¿Había mucho pelotudismo? Sí, puede ser. Pero era genial.