Walter saliendo de las tinieblas

Como incesantes gotas de lluvia, el rostro de Walter se llenaba de agua. Se trataba tan sólo de lagrimones constantes que anticipaban el final de un período. Mientras tanto 459 almas brindaban en el estudio y se alagaban con palabras tiernas. En vivo y en directo Un Tirito cerraba un ciclo brindando con amigos. Sólo faltaba Walter, que parecía no animarse a ese momento y miraba desde lejos, detrás de los vidrios.

Al principio no creía entenderlo, tanto dramatismo para un momento tan simple (un cierre de año, un cierre de programa para volver en Febrero, un mes después). Sin embargo, Walter representaba fielmente lo que había sido su año. Un primer semestre muy duro. Seguido de un cuatrimestre entre una asfixia por los recuerdos pasados y la tranquilidad de pensar que lo peor ya había pasado. Finalmente, dos lagrimones, uno en cada ojo. Y los últimos dos meses del año de cambio. Nuevamente ante la posibilidad de hacer lo que le gusta, de poder escapar de su melancolía.

Así fue el cierre. Con un Walter reflexivo, maduro, lúcido, contento. No lo teníamos pensado, pero esa actitud de cierre nos convenció. Walter se viene a Mar del Plata con todo el equipo de Un Tirito. Walter pasará las vacaciones acompañado: brindando y danzando con amigos. Y dentro de un mes estará de nuevo detrás de los vidrios, dándonos las indicaciones necesarias para que podamos pegarle de otra forma al arco. Ahora sí, para ese entonces nadie logrará sacarnos (a mí y a Fran) la ilusión de que el sonido que emiten con tanta dulzura las cuerdas vocales de Walter puedan ser amplificados por los micrófonos de En Tránsito y todo el mundo pueda disfrutar de un talentoso, un ejemplo de recuperación en la vida.